El procedimiento de un lifting facial depende de las zonas que se vayan a trabajar, de la calidad de la piel, de si existe excesiva flacidez de la piel del rostro o del cuello… de ello dependerá si es un lifting completo, profundo, endoscópico, tradicional, etc. Sin embargo, en la mayoría de los casos podemos hablar que el lifting facial se divide en estos grandes pasos:
Su cirujano evaluará la calidad de la piel del rostro, el nivel de flacidez facial, la musculatura facial, la grasa del rostro, etc. así como sus hábitos y sus antecedentes clínicos. Después realizará un diagnóstico y te aconsejará la mejor técnica en tu caso.
Después de estudiar sus antecedentes y de realizar el diagnóstico, tu cirujano facial te recomendará la mejor opción de anestesia o sedación en tu caso. La finalidad es únicamente conseguir tu mayor comodidad durante la cirugía facial.
La cirugía de lifting dependerá tanto del diagnóstico como de las necesidades del paciente. Puede realizarse el lifting de manera endoscópica, cuando existe poca flacidez, minimizando así las cicatrices. O puede realizarse de manera tradicional, cuando la flacidez facial es muy evidente. En estos casos, se busca que las cicatrices queden estratégicamente escondidas para que no sean visibles.
Aunque deberemos esperar a que baje la inflamación propia de cualquier cirugía. Los resultados del lifting facial empiezan a ser evidentes a los pocos días de la cirugía. El paciente tendrá una apariencia rejuvenecida y revitalizada de su rostro. El lifting facial también se puede combinar con otros procedimientos como la blefaroplastia o la lipotransferencia para conseguir unos resultados excelentes.