El peeling superficial es ideal para aquellos que buscan una exfoliación ligera. Se utilizan ácidos suaves como el ácido alfa-hidroxi u otros que penetran solo en la capa más externa de la piel. Este tratamiento es perfecto para mejorar la calidad de la piel del rostro, el cuello y las manos, ayudando a mejorar su textura de la piel y a unificar su tono. El peeling superficial es una excelente opción para revitalizar el cutis y el cuello, suavizando imperfecciones de la piel, además no requiere tiempo de inactividad.
El peeling medio utiliza ácidos más potentes como el ácido glicólico o tricloroacético, que penetran en las capas externas e intermedias de la piel para eliminar las células dañadas. Es especialmente eficaz para tratar arrugas finas, manchas de la edad, y así como suavizar la textura de la piel del rostro y unificar su tono. Además, puede ser útil en el tratamiento de la queratosis actínica, una condición precancerosa de la piel. Los resultados son más pronunciados que en un peeling superficial, y es ideal para quienes buscan mejoras más visibles.
El peeling profundo es el tratamiento más intenso y está indicado para corregir problemas más graves como arrugas profundas, cicatrices, manchas de la edad prominentes y pecas. Se emplean ácidos como el tricloroacético o fenol, que penetran profundamente en la piel, eliminando las células dañadas de las capas intermedias y ayudando a regenerar la piel de manera significativa. Se debe tener en cuenta que este procedimiento requiere anestesia y que el tiempo de recuperación es mayor. Sin embargo, los resultados son espectaculares, proporcionando una piel visiblemente más joven y rejuvenecida.
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