El lipofilling facial, también conocido como lipotransferencia, es un procedimiento estético que utiliza la propia grasa del paciente para rellenar y rejuvenecer áreas del rostro. Este método permite corregir volúmenes perdidos y suavizar arrugas, obteniendo un aspecto más juvenil y natural. La grasa se extrae de una parte del cuerpo del paciente, se purifica y luego se inyecta en las áreas faciales que necesitan mayor volumen o contorno.
El primer paso en un procedimiento de lipofilling facial es una consulta detallada con el cirujano plástico. Durante esta consulta, el cirujano evaluará la estructura facial del paciente, la calidad de su piel y las áreas donde se requiere volumen adicional. Se revisarán los antecedentes médicos y las expectativas del paciente para asegurarse de que el lipofilling es la opción adecuada. En algunos casos, se realizarán fotografías para planificar el procedimiento y evaluar los resultados posteriores.
El lipofilling facial se realiza generalmente bajo anestesia local con sedación, aunque en algunos casos puede ser necesario el uso de anestesia general. La anestesia local adormece las áreas donde se extraerá e inyectará la grasa, mientras que la sedación ayuda a que el paciente se sienta relajado y cómodo durante el procedimiento. La elección del tipo de anestesia dependerá de la extensión del tratamiento y las preferencias del paciente y el cirujano.
El procedimiento de lipofilling facial se lleva a cabo en varias etapas. Primero, se realiza una pequeña liposucción para extraer grasa de áreas del cuerpo con exceso de tejido graso, como el abdomen, los muslos o las caderas. La grasa extraída se purifica mediante centrifugado o filtrado para eliminar impurezas y preparar las células grasas para la transferencia. Luego, la grasa purificada se inyecta cuidadosamente en las áreas del rostro que requieren rejuvenecimiento, utilizando una serie de microinyecciones para asegurar una distribución uniforme y natural.
Los resultados del lipofilling facial suelen ser visibles de inmediato, aunque la inflamación inicial puede ocultar el resultado final durante algunas semanas. A medida que la hinchazón disminuye y la grasa se integra en los tejidos faciales, los pacientes pueden observar una mejora significativa en el volumen, la textura y el contorno de su rostro. Los resultados son duraderos, ya que las células grasas transferidas se integran permanentemente en el tejido facial, proporcionando un aspecto rejuvenecido y natural. Pero debemos tener en cuenta que, en ocasiones, parte de la grasa es reabsorvida por el organismo, con lo que los resultados pueden variar pasados unos meses.