Existen diferentes técnicas a la hora de abordar una rinoplastia dependiendo de las necesidades de cada paciente. Las dos técnicas principales son la rinoplastia abierta y la rinoplastia cerrada. En la rinoplastia abierta, se realiza una pequeña incisión en la columela (la parte de tejido entre las fosas nasales) para acceder a la estructura nasal, permitiendo una mayor visibilidad y precisión en la modificación del hueso y el cartílago. En la rinoplastia cerrada, las incisiones se realizan dentro de las fosas nasales, lo que evita cicatrices visibles. Durante la cirugía, que generalmente dura entre una y dos horas, el cirujano puede reducir o aumentar el tamaño de la nariz, cambiar la forma de la punta o del puente, estrechar las fosas nasales, o corregir problemas respiratorios. La elección de la técnica depende de las necesidades específicas del paciente y la complejidad de la corrección a realizar.
El primer paso en una rinoplastia es una consulta exhaustiva con el Dr Artuz Díaz Carandell, cirujano facial con una larga experiencia en rinplastia. Durante esta consulta, se evaluará la estructura nasal, la piel, y las características faciales del paciente. Se discutirán tus objetivos y las expectativas de los resultados. Es importante que seas sincero con tu médico para poder identificar qué es lo que realmente te incomoda de tu nariz y poderlo corregir. También se realizarán fotografías y, en algunos casos, estudios de imagen adicionales para planificar la cirugía con precisión. Esta evaluación detallada ayuda a asegurar que la rinoplastia se adapte a las necesidades individuales de cada paciente.
La rinoplastia se puede realizar bajo anestesia general o anestesia local con sedación, dependiendo de la complejidad del procedimiento. El cirujano le explicará la elección del tipo de anestesia durante la consulta preoperatoria.
Durante la rinoplastia el cirujano realiza incisiones, ya sea dentro de las fosas nasales (rinoplastia cerrada) o en la base de la nariz (rinoplastia abierta). A través de estas incisiones, el cirujano puede acceder a los huesos y cartílagos nasales para esculpir la nueva forma de la nariz. Dependiendo de las necesidades del paciente, se pueden realizar ajustes en el puente, la punta, las fosas nasales, y el ángulo entre la nariz y el labio superior. Una vez que se ha logrado la forma deseada, las incisiones se cierran y se coloca una férula para mantener la nueva estructura en su lugar durante la recuperación inicial.
Los resultados de la rinoplastia pueden variar según las características individuales de cada paciente y la complejidad de la cirugía. Generalmente, los pacientes pueden esperar una mejora significativa en la apariencia y funcionalidad de su nariz. Los resultados finales pueden tardar varios meses en ser completamente visibles, ya que la inflamación disminuye gradualmente y la nariz se adapta a su nueva forma. En manos expertas, los resultados de la rinoplastia son naturales, mejoran y equilibran la estética facial y suelen mejorar la autoestima del paciente, al sentirse más confiado con su imagen.